Se que no importa el temporal que se avecina, el sol sigue brillando. No importa cuántas veces dejo de ver sus rayos, pues el sol volverá a aparecer otro día para brillar con más fulgor. Se necesita determinación para sobrevivir los nubarrones que a veces oscurecen nuestra vida, y paciencia para seguir brillando sin importar lo que se viene encima. Pero a la larga ese esfuerzo merece la pena. Uno de estos días, cuando uno menos lo esperes, se superan todas las dificultades, porque el sol y nosotros tienen mucho en común: ambos vamos a seguir brillando a pesar de todo. ....todo depende de nosotros.
jueves, 21 de febrero de 2008
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